¿Cuál es el poder que cambia el mundo?
- Dulce Chinchilla
- 4 jul 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 nov 2019
Imagínate que tienes la posibilidad de cambiar la sociedad de Guatemala, cuales aspectos cambiarías? Su gobierno, su economía, su ecología, su cultura, entre otros… y cual creés que sería el poder para cambiar y mejorar la sociedad?
Si opinas que el ser educador, es este poder, te invito a que sigas leyendo.
Te contaré sobre las razones por las que soy educadora o me he dedicado a la profesión de docente, porque realmente educadores somos todos las personas, sea positiva o negativamente podemos impactar en la vida de la otra persona.
Cuando era pequeña y tenía 9 años, a mi mamá le detectaron insuficiencia renal, pasamos alrededor de 7 años entre diálisis, hemodiálisis, doctores y hospitales, realmente fue una etapa muy difícil.
Al fin le hicieron el trasplante a mi mamá por medio de un tío que con mucho cariño se lo donó. A los días de haber sido trasplantada mi mamá tuvo una fuerte crisis en la cual el pronóstico era delicado, mis creencias siempre han sido católicas, por lo que en mis oraciones yo le pedí a Dios que mi mamá se recuperará y que yo dedicaría un año de mi vida a ayudar a los necesitados.
En ese momento no tenía el deseo de seguir siendo educadora, a pesar de que, había estudiado la carrera de Magisterio Primaria, no me miraba en esa profesión, solamente de lo que estaba segura era que me iba a dedicar a alguna cosa que cambiará el mundo. Al finalizar mis estudios de diversificado decidí cumplir mi promesa y con ayuda de las madres encargas del colegio, el año siguiente de mi graduación, me fui a vivir a Uspantán un municipio de Quiche.
Durante este año tuve muchos cambios en mi vida, venia de una casa donde no me faltaba nada, no tenía mayor responsabilidades sobre actividades de la casa. Al llegar a Uspantán, en dónde debía cocinar, limpiar, hacer mi cama, lavar mi ropa (a mano), ir al mercado y volverme un poco independiente, me costó un poco. Pero el compartir con las personas de la comunidad fue lo que realmente me hizo ver lo lindo de esta vida.
En este año pude visitar una aldea llamada las Guacamayas, para llegar desde la cabecera, debías recorrer en carro 2:30 horas y después caminar de 2:30 a 3 horas, entre la montaña.
Cuando llegue las casas eran muy sencillas, había una iglesia y una “escuela” (realmente no llenaba en lo más mínimo lo que es una escuela adecuada). Las paredes de la única aula que había era de palos con lazos, los escritorios eran dos piedras, una grande para colocar las hojas (que el profesor llevaba) y otra pequeña para se sentará el alumno.
Sin libros y lo que aprendían era lo que el profesor decía o creía que era importante. La educación en esta escuela se centraba a alfabetizar únicamente, recibiendo tres días a la semana.
Al terminar este año, me di cuenta la necesidad que había en el país de docente comprometidos y el deseo que tienen las personas para educarse y muchas veces no tienen la oportunidad, por lo que decidí continuar mis estudios como docente. Otra de las razones por las cuales soy docente porque, creo firmemente que los docentes tienen la oportunidad de hacer que el mal estudiante sea un buen estudiante y el buen estudiante sea brillante.
Siendo el estudiante una persona que desde pequeño es parte de una sociedad, la cual muchas veces busca detener o desorientar el camino del éxito de los demás, como docente se puede estimular a la persona para que alcance y logre “sacar lo mejor de sí mismo”, haciéndolos personas solidarias y que desde el ámbito que se desenvuelvan en el futuro, siempre busquen ayudar a los demás, porque para mí, esa es la clave de una sociedad que mejora, la que busca el bien de los demás antes que el propio.
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